“Todo lo que amamos nos lo pueden arrebatar,
lo que no nos pueden quitar es
nuestro poder de elegir que actitud asumir
ante estos acontecimientos”
Victor Frankl
El amor es un gran regalo, pero nos lo han presentado como algo que necesitamos sí o sí para ser felices, y sentirnos completos y realizados. Nos enseñan que vivir en pareja debe ser uno de nuestros principales objetivos en la vida, así que cuando se produce una ruptura, la sensación de fracaso suele ser mucho más intensa que si partiésemos de otro concepto diferente del amor.
Superar una ruptura de pareja parece como uno de los grandes problemas a los que nos enfrentamos a lo largo de nuestra vida. Es una situación muy común y debemos ser capaces de afrontarla de la mejor manera posible, aunque esto no sea nada fácil en la mayoría de las circunstancias.
Es frecuente que tengamos carencias a la hora de entender la dinámica de las relaciones y en comprender nuestras propias emociones, por lo que supone un obstáculo importante para conseguir salir indemnes de cada ruptura.
La cuestión es que terminar una relación puede ser una de las peores experiencias por las que pasamos los seres humanos, y el dolor puede provocar todo tipo de síntomas, afectando a nuestra salud emocional y física. Aunque se trata de un duelo que solo se puede superar transitándolo, hay algunas cosas que podemos hacer para aliviarlo un poco. A continuación te explicamos como superar una ruptura amorosa.
Ruptura de pareja, una forma más de duelo
Una ruptura de pareja es un acontecimiento vital muy doloroso y complejo a nivel emocional. Se trata como un proceso de duelo ya que es ocasionado por la ausencia del elemento al que antes dirigíamos una gran parte de los afectos: la pareja. Cuando se produce esta ruptura de pareja el proceso generalmente es de larga duración, lleno de sentimientos contradictorios y con un fuerte impacto emocional en todos los aspectos de nuestra vida.
Como toda crisis vital, una separación requiere un tiempo de adaptación que varía según la persona (su capacidad para entender las posibilidades de cambio, sus experiencias previas, su estructura de personalidad…etc.), por lo que superar la ruptura de pareja se verá influenciado por muchos factores.
¿Cuánto tiempo dura el duelo de una ruptura amorosa?
¿Cómo superar una ruptura de pareja cuando el dolor es tan intenso? Muchas personas se desesperan porque quieren olvidarse cuanto antes de su ex y dejar de sentirse mal rápidamente. Pero, la realidad es que una ruptura sentimental conlleva un proceso de duelo y como tal, requiere su tiempo. Algo así como una escalera que hay que subir sin saltarse ningún peldaño. La duración de este proceso varía según cada persona y dependerá de factores como las herramientas emocionales de cada uno, quién ha decidido romper, las circunstancias de la ruptura, las características de relación, la personalidad de los implicados, etc. Los expertos establecen que este tipo de duelos pueden tener una duración de entre seis meses y dos años, y durante este periodo las personas van transitando por diferentes fases. En este punto es importante señalar que no todo el mundo atraviesa las distintas fases en el mismo orden y que es posible avanzar hacia una fase y después retroceder hasta la anterior.
1. Negación: “¿Cómo puede habernos pasado esto a nosotros?”
En un primer momento es una fase de shock, donde sentimos un montón de emociones que nos sobrepasan. La persona es consciente de lo que ha perdido, pero no quiere aceptarlo, se niega a aceptar que la relación ha terminado y fantasea con volver.
2. Culpa: “No tendría que haber hecho lo que hice”
La culpa es una de las fases más notorias y más complicadas de superar. Esta nos lleva a darle vueltas a la cabeza respecto a qué podríamos haber hecho o dicho para no haber perdido la relación. El pensamiento obsesivo tratando de encontrar responsables de la ruptura pueden llegar a desgastar psicológicamente a la persona y provocarle un gran estado de nerviosismo o incluso ansiedad.
3. Tristeza: “Nunca volveré a ser feliz. Mi vida está arruinada”
En esta fase se asume que no se va a recuperar a la persona que se ha amado. La persona comienza a ser consciente de cómo ha cambiado y seguirá cambiando la vida. Las consecuencias de la ruptura son las que generan una tristeza profunda y síntomas similares a la depresión junto con una visión negativa del mundo, el futuro y ellos mismos. Sin embargo,la tristeza es una emoción necesaria para que se pueda asumir realmente la pérdida, y ayudará a conectar con lo ocurrido y empezar poco a poco a superar el duelo.
4. Ira/Enfado/Envidia: “Es injusto. ¿Cómo ha podido hacerme esto con lo que yo le he dado?”
Cuando podemos empezar a repartir responsabilidades de lo ocurrido, comenzamos a sentir rabia. Podría decirse que es como un motor que moviliza nuestros recursos internos para poder reconducir la situación.
5. Aceptación: “Sé que no estábamos bien y estábamos sufriendo”
Por fin, se visualiza un nuevo futuro. Ahora vemos la relación frustrada con objetividad. Las emociones son mucho menos intensas, y permiten ver lo ocurrido con sus más y sus menos, como una experiencia en la historia de tu vida.
6. Reconstrucción: “Me apetece hacer cosas nuevas, volver a salir…”
En esta etapa uno puede ir dando forma activamente a su propia vida. Van remitiendo las emociones desagradables para poder extraer los aprendizajes necesarios de este proceso y así poder iniciar nuevas relaciones de forma saludable.
¿Cuál es la mejor forma de superar una ruptura?
¿Cómo superar una ruptura inesperada y dolorosa? No hay trucos mágicos para conseguir que el dolor desaparezca rápidamente, pero podemos seguir algunas pautas.
Deja que el dolor fluya. Hay que darse un tiempo para experimentar el dolor, llorar, escuchar canciones tristes, comer helado y chocolate, y llorar otro poco más. Pero después de eso hay que volver a salir a la calle y recuperar la rutina y la vida normal, aunque cueste. Sino expresamos la tristeza que sentimos, ésta se quedará atascada y no podremos avanzar en el duelo. Muchas veces nuestros amigos o familia nos insisten en que nos animemos y no lloremos. Está claro que nos dan estos consejos con la mejor de sus intenciones, porque no quieren vernos tristes. Sin embargo, es importante tener claro que es una parte del duelo y tenemos que transitar por ella.
Apóyate en tus seres queridos. El apoyo de la familia y los amigos es fundamental en estos momentos, y refugiarse en personas de confianza puede ser la clave de la recuperación. Las relaciones sociales positivas mantienen nuestra autoestima a flote. Cuando esa tristeza inicial vaya pasando y la hayas expresado, puede ser el momento de hacer planes. Desahógate si lo necesitas porque expresar las emociones en voz alta puede ser muy útil para poner los hechos en perspectiva.
Contacto cero. Las redes sociales han hecho que las rupturas sean mucho más complicadas, porque es fácil caer en la tentación de entrar en el perfil de nuestro ex, para saber qué está haciendo con su vida. Esto impide que la herida sane adecuadamente, e incluso podemos caer en la obsesión. La solución pasa por eliminar o bloquear a la otra persona, al menos durante un tiempo. El objetivo con esto no es dañar a la otra persona, sino cuidarnos a nosotros mismos.
Nada de victimismos. El odio y el rencor son emociones muy destructivas, que nos impiden pasar a la siguiente etapa del duelo y que pueden ser desgastantes incluso a nivel físico. Aunque puede ser difícil perdonar cuando te han hecho mucho daño, se puede intentar racionalizar poco a poco esta emoción para, por fin, liberarnos de las consecuencias de una ruptura.
No idolatres a tu ex. En lado opuesto puede ocurrir que se genere una idealización hacia la ex pareja, sobre todo cuando la persona se siente abandonada. Superar una ruptura estando enamorada puede ser más complicado, porque resulta más difícil tener cierta objetividad para entender y aceptar que esa persona ya no está en nuestra vida.
Encontrar nuevos retos. El fin de una relación es el comienzo de una nueva etapa, y si el duelo va por el buen camino, acabaremos buscando nuevos retos. Marcarse nuevos objetivos o realizar actividades lúdicas o culturales, puede ayudar a acelerar el proceso del duelo, mejorar la autoestima, y por supuesto, enriquecernos a nivel personal. No quiero ser pesada, pero llegaremos a este punto una vez expresadas nuestras emociones de tristeza, enfado, resentimiento… Recordemos, que es importante pasar por todos los escalones.
¿Cómo superar la dependencia emocional después de una ruptura?
La dependencia emocional es un tipo de apego patológico en el que una persona deriva en otra la responsabilidad de diferentes aspectos de su vida. Esto provoca dificultades para tomar decisiones, falta de asertividad para expresar desacuerdo o poner límites, intolerancia a la soledad, escasa autonomía y miedo al abandono. Las personas con este tipo de apego sufrirán doblemente tras una ruptura, ya que además de afrontar el duelo, tendrán que trabajar en su propia dependencia emocional.
Es muy frecuente, que estas personas caigan en lo que se conoce como relaciones liana, que consiste en encadenar una relación con otra sin dejar tiempo para procesar la ruptura. La dependencia emocional también puede provocar una fuerte negación por parte de la persona ‘dejada’ que se niega a aceptar esta nueva soledad. Cuando esta conducta deriva en insistencia, súplicas a la pareja e incluso acoso, estamos hablando de un duelo patológico.
Si hemos percibido que tenemos una clara tendencia a las relaciones dependientes o co-dependientes, es importante encarar el problema y realizar un trabajo para indagar en las causas y tratar de ponerle solución. Solo así podemos tener relaciones sanas y en consecuencia rupturas amorosas también sanas.
Ojalá existiese una clave sencilla para saber cómo superar una ruptura amorosa, pero es un trance difícil sobre el que se han escrito miles de canciones y poemas, y por el que todos en algún momento vamos a tener que pasar. Sin embargo, aunque en un primer momento parezca imposible, tarde o temprano todos volvemos a sanar y a mirar al futuro con esperanza. En el caso de que no sea así, siempre podemos empezar a acudir a terapia y recibir la ayuda que necesitamos.
Lo que no se debe hacer en una separación de pareja
Perseguir, lastimar, humillar.
Revisar cada paso que da, checar redes sociales.
Quejarte con los hijos.
Impedir que los hijos amen ambos padres, propiciar la relación es muy importante para su desarrollo.
Intenta no correr a otra relación, date tiempo de procesar e integrar tu experiencia anterior.
Sánate para poder lograr un nuevo vínculo sano de pareja, esto solamente se logra con el aprendizaje del dolor pasado.
¿Es mejor separarse a tiempo o quedarse en una mala relación?
Una pregunta complicada, pues: En lo primero que tendríamos que pensar es: ¿qué es una mala relación?. Actualmente, todo lo que no encaje en el amor romántico es malo. Esto significa que no hay una idea de que la relación de pareja se tenga que trabajar y construir, pues pareciera que se espera encontrar alguien que encaje en la expectativa del otro, y viceversa, cómo condición de éxito, y si esto no sucede, hay una percepción de fracaso. Muchas diferencias pueden trabajarse, negociando y cediendo, para que la relación pueda crecer. Sin embargo, existen situaciones insostenibles para todos, la violencia jamás puede ser aceptada, los malos tratos, la desigualdad, el abandono, adicciones y en ocasiones enfermedades mentales severas que impiden continuar con la relación.
¿Cómo ayuda la terapia a superar una ruptura de pareja?
Momentos en los que una intervención terapéutica puede servirnos de gran ayuda
Pre – ruptura: madurar la decisión antes de poder tomarla es imprescindible para poder darle forma y cristalizar la idea. En esta fase puede ser importante la ayuda, ya que puede tener efectos culposos en nosotros. Por otro lado ayudará para la futura toma de decisiones.
Intra – ruptura: mediación, apoyo y soporte emocional son aspectos que creemos esenciales en esta etapa. No es fácil poner punto y final a una relación, por lo que el terapeuta puede ayudar a que las dos personas consigan dialogar y entender lo que les sucede con el fin de afrontar el cambio con más seguridad y aceptación.
Post – ruptura: es en esta fase donde el duelo por la pérdida de la pareja se ha instalado y por lo tanto la atención psicológica irá asociada a poder elaborar la separación y con ello cada unos de los aspectos de nuestra vida para poder enfocarlos al cambio de la manera menos dolorosa posible.
A modo de metáfora, el duelo para superar una ruptura de pareja es como un túnel del que solamente hay una forma de salir: atravesándolo y aceptando la oscuridad para acercarse gradualmente a la luz. El que no entra en el túnel, el que se vuelve atrás, elude el itinerario necesario para reentrar en la vida, posponiendo y prolongando el dolor.
Cuando esto se da, y la vivencia se torna muy dificultosa para poder superarla, la ayuda psicológica es clave en este proceso. Aceptar el fin de una relación sentimental no es sencillo, sin embargo, las consecuencias de no conseguir cerrar esa etapa de forma saludable puede conllevar futuros problemas de autoestima, a la hora de relacionarnos con los demás o incluso avocarnos a una enfermedad como la depresión.
Los profesionales de Terapia Psicológica Especializada tenemos como objetivo trabajar diversos aspectos. Tanto personales, que te servirán para mejorar en todas las áreas de tu vida, como relacionales, donde podrás encontrar los fallos y tratar de mejorar en tus próximas relaciones.
Además puede ser un momento interesante para revisar tus ideas sobre las relaciones y poder valorar variaciones en tu modelo relacional. Quizá el problema no seas tú o las personas con las que has tenido relaciones a lo largo de este tiempo sino el tipo de vínculos que estableces y cómo los haces funcionar.
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